Desde
hace ya 21 años, el mes de Julio está reservado para los misioneros riojanos: el segundo domingo son cada vez más
las parroquias, comunidades religiosas e institutos seculares que los recuerdan
en sus celebraciones y cooperan aportando la colecta de ese día a la Delegación de Misiones.
Gracias a esta generosa colaboración, podemos responder a algunas peticiones en
forma de proyectos que nos solicitan directamente, y al mantenimiento de
nuestra Misión Diocesana de Fô-Bouré en Benin.
Así, el pasado día 8 de julio, el lema “Sé laico
misionero” nos dio pie para proponer y proponernos la vocación
cristiana a la Misión :
seamos consagrados o laicos. En esta ocasión prestamos más atención a
los seglares vocacionados para vivir su fe en un territorio de Misión; laicos misioneros que hacen de la Misión su proyecto y
compromiso de vida. Participan en proyectos en los que se les pide una
colaboración técnica en los ámbitos de la educación, sanidad, pastoral, medios
de comunicación, agricultura… Centran su trabajo en el testimonio de vida según
los valores del Evangelio, y muestran actitudes de respeto, escucha e interés
entre las gentes con las que conviven con alegría.
Pocos días después, el sábado 14, tuvimos la Jornada de Convivencia de la Familia Misionera
Riojana: a las 9 de la mañana dos autobuses, con 118 personas, salieron de la
estación de Logroño rumbo a tierras burgalesas: la primera parada fue en
Briviesca, en donde don Juan José Omella presidió la Eucaristía en la
iglesia parroquial de San Martín. Paseamos por la pequeña y hermosa ciudad
medieval de Frías y visitamos en Oña la exposición de las Edades del Hombre
‘Monacatus’, todo ello vivido en convivencia fraterna y alegre. Los testimonios
que los misioneros allí presentes dieron, en la iglesia parroquial de San Juan
Bautista de Oña, culminaron una jornada que nuestra Diócesis mantiene por
considerarla muy importante en el calendario anual misionero.
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