15 de julio de 2011
SEMANA DE MISIONOLOGÍA EN BURGOS
12 de julio de 2011
Experiencia
Los barundi recuerdan con cariño el paso de los sacerdotes misioneros por Rwisabi. Escribo esta crónica desde nuestra querida Misión Diocesana en Burundi en donde estoy pasando tres intensas semanas llenas de recuerdos y rodeado de cariño por todas partes, escuchando saludos, recibiendo recuerdos, recordando acontecimientos, riendo con los niños, llorando las ausencias, compartiendo penas, cantando y danzando en celebraciones que nunca se hacen largas porque están llenas de alabanza a Dios en quien confían. Surgen también interrogantes ante tanta miseria que los misioneros tratan de combatir.
En Rwisabi trabajan tres sacerdotes colombianos paúles que viven el espíritu de San Vicente de Paúl intensamente; el amor a los pobres lo manifiestan en todas sus acciones y en su propia vida.
Esta región vivió la violencia y las matanzas de 1995-1996; después, durante diez largos años, su gente ha soportado con temor la situación de una aparente paz. En el espacio de nueve meses, dos sacerdotes nativos, párrocos de Rwisabi en diferentes momentos, fueron asesinados: André, en la misma casa parroquial - junto al cocinero y un vigilante nocturno -, y Sylvestre, además de párroco nacido en la misma parroquia. Podemos seguir diciendo que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. Un territorio en el que las vocaciones escaseaban ve ahora con inmensa alegría y esperanza la presencia de 22 seminaristas (cuatro ya en el seminario mayor). Estoy seguro que la sangre de André y Sylvestre tienen mucho que decir en este incremento vocacional. El testimonio sacerdotal es siempre eficaz.
Solamente en estos días se han confirmado en Rwisabi más de 1.500 jóvenes; han hecho su primera comunión alrededor de 340 niños y adolescentes; se han casado 40 parejas, y todos recibieron antes el sacramento de
El próximo año se cumplirán 50 años del comienzo de nuestra presencia en esta entrañable parroquia de Rwisabi. Desde este mismo año es parroquia madre, ya que una de sus sucursales ha sido erigida nueva parroquia. Es otro de los frutos del trabajo continuado de tantos sacerdotes que han vivido en esta Misión. En 1987 los sacerdotes barundi se hicieron cargo de la actividad pastoral. Desde el año 2002 son los padres paúles quienes están al frente con muchos proyectos y deseos de servir.
Los riojanos seguiremos pendientes de este rincón de Burundi y será para nosotros un punto de referencia de modo especial es este año del cincuentenario.
Jesús María Peña Peñacoba - Delegado diocesano de Misiones
4 de julio de 2011
Otra experiencia del Delegado en Burundi
Jesús Mª Peña, regresó la semana pasada de su viaje a Burundi. Compartimos alguna de sus experiencias
El calendario tiene estas cosas. Ocurre que estos días de junio, pero de 1985, viví momentos difíciles aquí en Burundi. Las circunstancias han cambiado, y 26 años después vuelvo a encontrarme a gusto en medio de los barundi que buscan la paz - amahoro - y la alegría de vivir. Pero los sangrientos acontecimientos están tan cercanos en el tiempo - las matanzas se declararon en 1995 y no volvió una cierta seguridad hasta 2006 - que no es fácil olvidarse tan pronto de ellos; de hecho en muchas conversaciones surge este tema que provoca silencio y emoción. ¿Camina Burundi hacia
Y en esta realidad viven los misioneros. Su trabajo y búsqueda es admirable. Su manera de vivir es sencilla y cercana a los pobres. Y ahora les toca buscar soluciones para la autofinanciación de las misiones, lo cual no es nada fácil. Y ahí los tenemos, añadiendo a sus tareas evangelizadoras, otros trabajos como el cultivo de productos agrícolas, huertas, animales domésticos y otras iniciativas que les ayuden a vivir y ayudar materialmente a la población que lo desee; también eso es anunciar el Evangelio.