20 de octubre de 2017

La voz del Obispo en el Domund

Todos los años, la Jornada Mundial de las Misiones nos acerca a la persona de Jesús que de modo siempre nuevo llama a todos los cristianos a anunciar el Evangelio y llevarlo hasta los confines y las periferias del mundo. En nuestra diócesis, de dilatada tradición misionera, la jornada del DOMUND es también un día de acción de gracias por el trabajo de nuestros misioneros en el mundo, de oración para que sean muchos los frutos que el Señor les conceda por su inestimable entrega, de compromiso generoso con sus necesidades y de recuerdo afectuoso a sus familiares. Ellos fueron y son esos valientes, como nos dice el lema de la Jornada de este año, que asumieron que el comunicar el evangelio merece la pena y a ello dedicaron sus vidas. En su mensaje para la jornada del Domund de este año, Francisco nos recuerda que “las Obras Misionales Pontificias son un instrumento precioso para suscitar en cada comunidad cristiana el deseo de salir de sus propias fronteras y sus seguridades, y remar mar adentro para anunciar el Evangelio a todos. A través de una profunda espiritualidad misionera, que hay que vivir a diario, de un compromiso constante de formación y animación misionera, muchachos, jóvenes, adultos, familias, sacerdotes, religiosos y obispos se involucran para que crezca en cada uno un corazón misionero”. Este año la Jornada del Domund coincide en nuestra diócesis, siguiendo el Plan de Pastoral, con la maduración y la puesta en marcha de nuestra Misión Diocesana en tierras riojanas. Aprendiendo del dinamismo misionero que tanto ha alentado el espíritu de esta Iglesia particular, con la presencia de tantos misioneros y misioneras que se sintieron llamados a dejar su tierra para trasmitir el mensaje de salvación que Cristo nos dejó y estimulados por la propuesta del Papa de tomar conciencia de que debemos estar en un estado de misión permanente, queremos alentar el compromiso misionero de todos los cristianos riojanos para renovar el anuncio del evangelio aquí en nuestra tierra. En su mensaje, Francisco nos recuerda que la misión está en el corazón de la fe cristiana y nos invita a hacernos unas preguntas que ilustran los contenidos de esta Jornada y también las tareas en nuestra pastoral diocesana: “¿Cuál es el fundamento de la misión? ¿Cuál es el corazón de la misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión?”. En el corazón de la misión de la Iglesia está siempre el anuncio del evangelio que consigue que Jesús se convierta de nuevo en contemporáneo nuestro, de modo que quienes lo acogen con fe y amor experimentan la fuerza transformadora de su Espíritu de Resucitado que fecunda lo humano y toda la creación. Así, la misión de la Iglesia está llamada a llegar a todas las periferias, dejando atrás posicionamientos cómodos al asumir una espiritualidad de éxodo continuo: “La misión de la Iglesia estimula una actitud de continua peregrinación a través de los diversos desiertos de la vida, a través de las diferentes experiencias de hambre y sed, de verdad y de justicia. La misión de la Iglesia propone una experiencia de continuo exilio, para hacer sentir al hombre, sediento de infinito, su condición de exiliado en camino hacia la patria final, entre el «ya» y el «todavía no» del Reino de los Cielos”. Por último, en esta reflexión sobre la Jornada del Domund, recordar que la labor evangelizadora de la Iglesia supone también para nosotros un compromiso solidario. La colecta de este domingo se destina, como es tradicional, a las misiones, para contribuir a las muchas obras de evangelización y de promoción social que la Iglesia tiene en marcha en estos países cuyos habitantes padecen muchas necesidades. Os animo a vivir con alegría esta jornada del Domund, a rezar por todos los misioneros, a ser generosos en nuestro compartir con ellos y a sentirnos convocados a vivir con valentía la experiencia misionera también en nuestra tierra.

+ Carlos Escribano Subías
 Obispo de Calahorra y La Calzada - Logroño

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