Muy queridos amigos de la Delegación de Misiones.
De todos es bien
conocida la situación que estamos viviendo en este querido Perú, pues la
magnitud ha llegado al ámbito internacional.
Las Misioneras del Divino
Maestro tenemos una comunidad en Miramar, un Centro Poblado a veinte minutos al
sur de Trujillo, una de las zonas más afectadas del Perú.
Toda esta zona es
desértica, de hecho, no llueve nunca y por tanto no estábamos preparados para un
fenómeno así.
El agua ha bajado por las pistas sin asfaltar (estamos
ubicados en un terreno con gran declive) arrasando todo a su paso. Provocando
zanjas pronunciadas que han llegado a producir el derrumbe de viviendas de
adobe.
Los desagües han colapsado y ahora que ya la arena absorbió el asida
ser las lluvias los residuos de los desagües corren por las calles con el
consiguiente olor y riesgo de enfermedades, sobre todo para los
niños.
Llevamos más de una semana sin agua, con un calor muy fuerte. Algún
día pasa por las pistas que menos afectadas han sido un camión cisterna y la
gente sale con baldes a recoger un poco, siempre insuficiente.
El pueblo
peruano es solidario, sobre todo los más necesitados que comparten desde su
pobreza, pero también hay gente que se aprovecha de esta desgracia, los precios
se han duplicado en productos de primera necesidad que ahora mismo son alimentos
y materiales como plásticos, calaminas...)
Las clases se han suspendido hasta
nuevo aviso. Las hermanas (somos cuatro) es poco lo que podemos hacer, pero al
menos estamos con la gente.
En las fotos se puede ver como el colegio quedó
cubierto por más de medio metro de barro. Tuvimos que ingresar por el techo pues
la puerta estaba bloqueada tanto por dentro como por fuera. Con la ayuda de la
gente pasamos horas sacando el barro y agua. En la casa igual, pero gracias a
Dios ahí sólo agua pues por la ubicación un poco más alta no llegó el
barro.
¿Qué más decir? Una gran desgracia para muchos hermanos nuestros, un
pueblo, lamentablemente acostumbrado a sufrir. Algunos de ellos que no han
perdido mucho porque nunca lo tuvieron, pero eso poco que han perdido era todo
lo que tenían.
Lo más urgente es ayudar en la reconstrucción de algunas
viviendas y alimentación para algunas familias muy humildes
Un abrazo para
cada uno junto con mi agradecimiento por su recuerdo y oraciones
Teresa
Faulín, Misionera del Divino Maestro
0 comentarios:
Publicar un comentario