
Los 22 líderes y representantes oficiales de las Iglesias y comunidades cristianas de la zona han denunciado toda forma de extremismo; a la vez, han solicitado la colaboración de las comunidades musulmanas y de los líderes políticos regionales e internacionales para la creación de un ambiente seguro y libre de persecuciones, así como para dar todo el apoyo necesario a los refugiados, en particular a los cristianos.
Muchos de los participantes se refirieron a la urgente necesidad de alimentar la tradición de convivencia y diálogo entre cristianos y musulmanes con el fin de hacer frente juntos al fanatismo sectario.
Misioneros Tercer Milenio nº 68
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