Nuestras capillas alrededor de Amaluriat tienen
gran número de feligreses y de catecúmenos, sin embargo las de Chelopoy son muy reducidas debido a la fuerte presencia
de grupos cristianos protestantes y
pentecostales. Suelen ser grupos muy aferrados a familias, así que resulta
difícil conseguir nuevos católicos. De todos modos decidimos dividir la misión
en dos ( y debería ser tres) para poder seguir mejor las capillas y a los
catequistas sin tener que gastar tiempo y medios en el transporte. En el futuro
cuando el clero local tome posesión de la administración de estas parroquias
resultará más económico llevarlas adelante. Por ahora, nosotros como
misioneros, intentamos avanzar y crear nuevas comunidades cristianas. En Chelopoy
tuvimos un grupo de veintidós jóvenes
catecúmenos de los caseríos, y otros dieciocho de adolescentes que estudian en la escuela;
diez de ellos recibían la primera comunión, puesto que habían sido bautizados
cuando eran bebés. Un número similar estaba en Kasey, pero en Amakuriat han
sido más de setenta de los caseríos y cuarenta estudiantes de escuela. La
novedad este año la han constituido los dieciséis jóvenes de caseríos que han
llegado hasta el bautismo. La mayoría ya están casados y por ahora consienten
permanecer solo con su esposa, pero ser fieles a esa promesa lo tienen muy
difícil en un ambiente que promueve la poligamia y donde pocas iglesias
insisten en la monogamia, quizás siguiendo la explicación que Jesús mismo hizo
respecto al divorcio y las leyes de Moises.
Ya llevamos cuatro meses en la construcción de la
nueva iglesia para Chelopoy. Sé que los católicos del lugar nunca la llenarán,
pero para las grandes celebraciones con todas las capillas, vendrá muy bien. Y
sobre todo será necesaria durante los meses escolares, pues las niñas de la
escuela de bachiller de Santa Ana son más de doscientas, y puede que lleguen a
las trescientas cincuenta. Cuando los alumnos de la primaria vienen a la misa
dominical con la gente local tampoco caben en la pequeña capilla que utilizamos
hasta ahora.
Por mi parte te estoy muy agradecido por el apoyo
espiritual y económico que nos habéis
dado a lo largo de los años. Sin vuestra ayuda esa nueva parroquia y escuela no
estaría donde está ahora. Claro que lo que más cuenta es el progreso espiritual
de la gente. Aquí no vamos con la rapidez que a mí me gustaría, muy a mi pesar
e incluso a pesar de conocer la lengua y la cultura.
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