Os envío algunas fotos de los efectos en
nuestras comunidades del terremoto del pasado 7 de noviembre. Durante estas dos
semanas he tenido oportunidad de visitar muchas familias y ver las
consecuencias. La verdad es que en un principio no pensábamos que nos hubiera
afectado tanto; pero lo cierto es que muchas familias se han quedado sin casa,
sin dormitorio o sin cocina.
Muchas familias han desalojado sus casas
porque están pendientes de demoler, otras por el grave riesgo que corren, están
alojados en el mejor de los casos con otros familiares, pero también en
iglesias o escuelas; algunos han hecho de su galera, donde guardan los
animales, su cocina, e incluso una familia duermen en la misma galera con sus
animales.
La gente está desesperada y sobre todo impotente,
buscando ayudas de cualquier parte. Pasamos muchas gente visitando,
instituciones gubernamentales y no gubernamentales, levantamos el listado, en
el mejor de los casos, ofrecemos una esperanza o consuelo, palabras de aliento,
pero la verdad es que vamos con las manos vacías, porque poco o nada, de
momento, podemos ofrecer. sigue
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