29 de noviembre de 2012

Mª Ángeles Molina escribe desde Guatemala



Os envío algunas fotos de los efectos en nuestras comunidades del terremoto del pasado 7 de noviembre. Durante estas dos semanas he tenido oportunidad de visitar muchas familias y ver las consecuencias. La verdad es que en un principio no pensábamos que nos hubiera afectado tanto; pero lo cierto es que muchas familias se han quedado sin casa, sin dormitorio o sin cocina.
Muchas familias han desalojado sus casas porque están pendientes de demoler, otras por el grave riesgo que corren, están alojados en el mejor de los casos con otros familiares, pero también en iglesias o escuelas; algunos han hecho de su galera, donde guardan los animales, su cocina, e incluso una familia duermen en la misma galera con sus animales.
La gente está desesperada y sobre todo impotente, buscando ayudas de cualquier parte. Pasamos muchas gente visitando, instituciones gubernamentales y no gubernamentales, levantamos el listado, en el mejor de los casos, ofrecemos una esperanza o consuelo, palabras de aliento, pero la verdad es que vamos con las manos vacías, porque poco o nada, de momento, podemos ofrecer. sigue

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