21 de noviembre de 2017

Guillermo Martínez ha diseñado prótesis de brazo para personas necesitadas en Kenia.

Nadie es más que nadie, y todo el mundo sea de aquí o de allí, merece cualquier ayuda que necesite.
Ha diseñado prótesis de brazo gracias a una impresora 3D y ha viajado a Kenia a través de la ONG Bamaba Project, para entregarlas él mismo a las personas que las necesitaban, bien por problemas de nacimiento, bien por quemaduras o amputaciones de mala manera. A todos ellos les ha cambiado la vida: “No tengo palabras para describir una experiencia así”. Ha sido algo precioso, manifiesta.
Es de Madrid, tiene 23 años y acaba de terminar la carrera de Ingeniería en Organización Industrial. Es una persona a la que le gusta aprender sobre nuevas tecnologías e innovación y sobre todo no estar quieto.
Se compró una impresora 3D para montarla, configurarla y ver la multitud de aplicaciones que se puede tener. Investigando qué se puede hacer llegó a construir un brazo protésico para personas sin codo a muy bajo coste.
Tenía preparado ya antes un viaje a Kenia a un orfanato a enseñar inglés y nociones básicas de informática. Decidió unir varios proyectos y preguntó en el orfanato a ver si algún niño necesitaba alguna prótesis. Al contestar que no, les pidió que investigasen en qué lugares harían falta. A partir de ahí le envían fotos y va fabricándolas. Todo lo costeó él. Fue un trabajo bonito e interesante. Se llevó de allí en el corazón, grandes historias de niños, de las esperanzas de los que han adquirido estás prótesis. Y quiere continuar con ello.

ADELANTE. Un gran testimonio. 

                                                                                            Revista SuperGesto nº132

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