15 de julio de 2015

Nos escribe el misionero riojano Ángel Herrán, desde Perú


En octubre cuando volví de vacaciones me incorporé a este mi nuevo destino.  Ya había vivido y trabajado 19 años en la ciudad de Chota y 30 años en la prelatura, pero de nuevo me enviaron aquí y para mí, aunque al principio fue una sorpresa, luego me fue de contento.
Tengo el cargo de formador con 5 muchachos que estudian la secundaria y los tenemos internos en la casa parroquial, o sea, que es como un seminario menor. Esto es lo que más preocupaciones me da. Además estoy al frente de nuestra ONG Haren Alde (A favor de los demás) con la que seguimos trabajando en las comunidades campesinas instalando el agua potable, construyéndoles cocinas mejoradas para evitar el trabajo de cocinar sobre piedras a las mujeres y cuidar sus pulmones, y algunas letrinas o pozos asépticos. Además tenemos dos programas de apadrinamiento uno de una señora de Estados Unidos que da alimentos mensualmente a 60 familias pobres, y el otro de España, que cada tres meses se dan alimentos  en más cantidad a 114 niños apadrinados. Este último programa sí es apadrinamiento porque se lleva una correspondencia escrita y fotográfica entre los niños y sus padrinos de España. Es una ayuda muy valorada por los niños y padres que entran al programa.
Y también echo una mano en las labores parroquiales por ser vicario parroquial. Así que ando bien entretenido en los menesteres del Reino.
Siempre leo con agrado el Boletín de Iglesia en La Rioja.
Un abrazo en Cristo misionero del Padre.
P. Angel  J. Herrán Palacios
 Agustino Recoleto


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