Por
primera vez desde 2003, el número de personas hambrientas en el mundo ha vuelto
a crecer, hasta afectar a 815 millones de seres humanos; la mayoría de ellos
malviven en países afectados por la violencia o que han sufrido desastres
naturales relacionados con el clima. Son datos recogidos en un informe
presentado el pasado 15 de septiembre por la FAO, la OMS y UNICEF. El estudio
señala que, tras más de una década de avances en la lucha contra el hambre, el
año pasado ésta aumentó en 38 millones de personas con respecto a 2015. Por
continentes, casi 520 millones de hambrientos se encuentran en Asia; unos 243
millones en África; y 42,5 millones en América Latina y el Caribe. Frente a
estos datos, el observador de la Santa Sede ante la FAO, Mons. Fernando Chica,
ha manifestado que estos números son desalentadores; son una llamada a la
solidaridad internacional. Y ha recordado que detrás de estas cifras hay
personas, niños que lloran, que desesperan y a los que el futuro se les acaba.
Revista Misioneros del Tercer Milenio nº178
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