Nadie es más que nadie, y todo el mundo sea de aquí
o de allí, merece cualquier ayuda que necesite.
Ha diseñado prótesis de brazo gracias a una
impresora 3D y ha viajado a Kenia a través de la ONG Bamaba Project, para
entregarlas él mismo a las personas que las necesitaban, bien por problemas de
nacimiento, bien por quemaduras o amputaciones de mala manera. A todos ellos
les ha cambiado la vida: “No tengo palabras para describir una experiencia
así”. Ha sido algo precioso, manifiesta.
Es de Madrid, tiene 23 años y acaba de terminar la
carrera de Ingeniería en Organización Industrial. Es una persona a la que le
gusta aprender sobre nuevas tecnologías e innovación y sobre todo no estar
quieto.
Se compró una impresora 3D para montarla,
configurarla y ver la multitud de aplicaciones que se puede tener. Investigando
qué se puede hacer llegó a construir un brazo protésico para personas sin codo
a muy bajo coste.
Tenía preparado ya antes un viaje a Kenia a un
orfanato a enseñar inglés y nociones básicas de informática. Decidió unir
varios proyectos y preguntó en el orfanato a ver si algún niño necesitaba
alguna prótesis. Al contestar que no, les pidió que investigasen en qué lugares
harían falta. A partir de ahí le envían fotos y va fabricándolas. Todo lo
costeó él. Fue un trabajo bonito e interesante. Se llevó de allí en el corazón,
grandes historias de niños, de las esperanzas de los que han adquirido estás
prótesis. Y quiere continuar con ello.
ADELANTE. Un gran testimonio.
Revista SuperGesto nº132
Revista SuperGesto nº132
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