“Empujados por el Espíritu...”
Así titula el papa Francisco su Mensaje para la 54 Jornada Mundial de Oración
por las Vocaciones. Es el Espíritu el que mueve los corazones para ir a
evangelizar. La dimensión misionera nace de la entraña de la fe. Es Dios mismo
quien llama y envía. La vocación no es algo añadido: es fruto del amor de Dios
que llama.
“Aquí estoy, envíame”
La llamada a una vida de especial consagración o al sacerdocio implica una
respuesta de docilidad y confianza. Es el compromiso para dejar a un lado la
tranquilidad de una vida más o menos acomodada, y salir al encuentro del otro
para llevarle a Dios.
0 comentarios:
Publicar un comentario