Salir no es devorar kilómetros , atravesar los mares, volar a velocidades supersónicas. Salir es ante todo abrirnos a los otros, descubrirlos, ir a su encuentro. Abrirnos a las ideas, incluidas las contrarias a las nuestras, significa tener al aliento de un buen caminante.
Salir es ponerse en marcha y ayudar a los otros a emprender con nosotros la misma marcha a fin de construir un mundo más justo y más humano. ( Adaptación de una oración de Dom Hélder Cámara. Obispo Brasileño)
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