Un año más, la jornada
del DOMUND nos anima a vivir
con intensidad la vocación
misionera de la Iglesia. Nuestra
Iglesia riojana tiene una
dilatada y fecunda vida misionera
en la que sacerdotes,
religiosos y laicos han sabido
hacer suyo el mandato de Jesús
de ir al mundo entero a
anunciar la Buena Noticia.
El recientemente fallecido
D. Anastasio Gil, responsable
de las Obras Misionales
Pontificias en España, nos
dejaba esta interesante reflexión
para esta jornada que
tiene como lema “CAMBIA EL
MUNDO” y que en estas líneas
quiero hacer mía: “la expresión
discípulos misioneros,
felizmente acuñada en Aparecida, ilumina esta Jornada del
Domund y justifica su propuesta:
“Cambia el mundo”. “Discípulos”
es la condición esencial
de quien se ha sentido llamado
a tomar parte en el anuncio del
Evangelio, movido por esa “pasión
por Jesús” que es la misión.
Este es, en definitiva, el mandato
del Señor: “haced discípulos”.
A la hermosa realidad del discipulado
se suma la de ser “misioneros”,
que no es un simple
adjetivo de operatividad, sino
la expresión de quien tiene “pasión
por el pueblo” (cf. EG 268).
(….) Esta es la razón por la que
Francisco insiste reiteradamente
en la necesidad de la renovación
y conversión del corazón,
que comporta una refundación,
una recalificación según
las exigencias del Evangelio.
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