Después de 31 años
de presencia en Benin, en donde nuestra diócesis ha tenido una Misión
Diocesana en Fô-Bouré, llega el momento de decir adiós a los pueblos
baribá, peul y gando, y a la diócesis de N’Dali.
Con la vuelta a La
Rioja del sacerdote misionero Juan Pablo López Mendía, que ha
permanecido en la Misión durante 21 años ininterrumpidos, la Diócesis de
Calahorra y La Calzada-Logroño da por finalizada esta experiencia de Misión Diocesana.
Es un buen momento
para agradecer a quienes hicieron posible esta magnífica experiencia misionera
- don Francisco Álvarez, obispo
en La Rioja de 1976 a 1989 y monseñor Nestor Assogbá, obispo de Parakou (1976-1999) - , a
quienes continuaron confiando en ella, y
a los sacerdotes y laicos que han participado en su mantenimiento y desarrollo.
La mitad del territorio que se nos confió en 1986 es una nueva parroquia con
sacerdotes nativos.
En 1962 comenzaba en
Burundi nuestra experiencia diocesana
en Misión, que se prolongó en Benin
y en Ecuador. A lo largo de estos 55
años, la acción evangelizadora llevada a cabo por nuestros misioneros riojanos,
ha prestado una atención especial a las necesidades materiales que fueron
encontrando: la labor educativa, la atención a la sanidad, la creación de lazos
entre las distintas poblaciones, el cuidado de la familia, la mejora agrícola,
el acceso al agua limpia, la puesta en marcha de cooperativas, la mejora del
hábitat, la promoción femenina, la protección de la juventud, la educación y escolarización
de los niños, el cariño por los más pobres, la condena de las injusticias, la
defensa de los más débiles, la formación de líderes, la catequesis y el
desarrollo de procesos de crecimiento en la fe, la alegría de compartir la
Palabra de Dios y culminar los procesos catecumenales con la celebración del
Bautismo y los demás sacramentos … Todo ello conseguido a base de grandes esfuerzos;
entre ellos, no fue el menor aprender nuevas lenguas para poder comprender e
introducirse en culturas diferentes.
Llega el difícil momento de decir adiós a esta
espléndida experiencia diocesana. El trabajo de los misioneros da fruto en las
vocaciones nativas. A ellas les corresponde tomar el relevo de la
evangelización en ese entrañable rincón del norte de Benin. Por nuestra parte
seguimos unidos a las gentes de Rwisabi (Burundi), Fô-Bouré (Benin) y Puyo
(Ecuador), en donde un buen grupo de misioneros sacerdotes y laicos riojanos
compartieron con ellos vida y fe.
Jesús María Peña Peñacoba
Delegado diocesano de Misiones
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