El mes de octubre se inicia hoy con la fiesta
de la
Patrona de las Misiones, santa Teresa de Lisieux. Con esta fiesta
misionera vamos preparando la Jornada
Mundial de
las Misiones, en la que los católicos recordamos la urgencia de la misión de la
Iglesia , que no es otra que llevar la salvación de Jesucristo a
todos los hombres del mundo.
Santa Teresita, que
sintió “el violento deseo” de ser misionera, captó la esencia de la misión de
una manera que no nos resulta fácil ver en este momento de la historia. Tal vez
muchos de nosotros confundamos la misión con un “activismo frenético” o con un
elevado altruismo que lleva a algunos “héroes” a los rincones más inhóspitos
del planeta. No es eso la misión. Sin la noticia salvífica de la
Redención , de la
liberación del pecado, no hay misión.
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